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Castillos en el aire

Tormenta de frases

Siempre escribo las mejores cosas cuando me estoy quedando dormida, y luego no tengo forma de acordarme de aquello que en su momento (cuando le estoy dando forma) me parece genial. Eso me cabrea.
Ayer me quedé dormida con la música de fondo de la que estaba cayendo fuera (una tormenta en condiciones con su granizo, sus rayos, sus truenos…, me encanta dormirme así). Entonces recordé aquella vez que mi prima y yo esperábamos a que pasara el temporal refugiadas en la cama de mi abuela. Hacía años que no me acordaba de eso, pero fue lo suficientemente importante como para no llegar a olvidarlo del todo.
Hace mucho frío y llueve. Es un invierno con ganas.
Hoy al abrir la ventana vi que algunos tejados estaban blancos, pero resulta que no era nieve, sólo una mentirosa capa de granizo.
Ayer leía por segunda vez un libro en el que cada frase era prácticamente perfecta, todo lo que yo quiero decir siempre pero de una forma brillante, y yo me moría de la envidia.
Hoy, con todo, me voy a un concierto. Uno para el que llevo contando los días desde hace un mes. Tengo muchas ganas. Muchísimas. Esta noche otro poco.

2 comentarios

Sr. S. -

aquí nieva, más que en León aún: nata de invierno abrazando los tejados, copos perdidos disfrazando la calzada de eterno poema blanco...

Úrsula -

al final no te acompañan??
creo q el frio polar no quiere q vengas, porq aqui no graniza, aqui nieva infinito :(